Que Son Los Cursos?

Que Son Los Cursos
La palabra curso procede del latín cursus, que quiere decir carrera. El término se utiliza a la hora de referir al tipo de educación que suele ser impartida por un profesor o instructor a un grupo, lo cual no necesariamente llega a estar inscrito en los currículos oficiales o tradicionales de una determinada carrera o institución.

¿Que en un curso?

El término curso deriva del vocablo latino cursus , que puede traducirse al español como “carrera”. Se trata de una palabra que hace referencia al periodo de tiempo establecido de forma anual para el dictado de clases en una institución educativa. Por ejemplo: “El curso pasado aprobé cuatro materias” , “El curso corriente finalizará cerca de Navidad” , “Nunca enfrenté alumnos tan difíciles como en este curso”.

El estudio sobre una materia , estructurada como una unidad, también se identifica con el nombre de curso: “Miguel se anotó en un curso de fotografía” , “El jefe me recomendó inscribirme en un curso de diseño gráfico para ampliar mi campo de acción dentro de la empresa” , “Mañana no puedo ir a la cancha ya que tengo que asistir al curso de inglés”.

Otro uso del concepto está vinculado al grupo de alumnos que asisten a un mismo grado o están en un mismo nivel académico : “Esta semana iré con mis compañeros de curso al museo” , “Creo que conozco a esa chica… es compañera de curso de mi hermana” , “El director me acaba de asignar otro curso: ya tengo la jornada completa”. Que Son Los Cursos Se denomina curso a la capacitación estructurada que gira en torno a una temática en particular.

¿Qué son cursos de estudio?

En la educación superior en varios países, una asignatura o curso es una materia de estudio o una unidad de enseñanza que generalmente dura un período académico, está dirigida por uno o más instructores (maestros o profesores) y tiene una lista fija de estudiantes.

Una asignatura o curso es generalmente un tema individual. Los estudiantes pueden recibir una calificación y un crédito académico después de completar el curso. Las carreras universitarias suelen requerir cursar varias asignaturas, la mayoría de ellas obligatorias y algunas de ellas opcionales, las cuales conforman el pensum académico.

[ 1 ] ​ En India , Reino Unido , Australia y Singapur , así como en partes de Canadá , un curso es todo el programa de estudios requerido para completar un título universitario, y la palabra “unidad” o “módulo” se usaría para referirse a un académico Por supuesto, como se hace referencia en otras partes del mundo, por ejemplo, América del Norte y el resto de Europa.

  • En Sudáfrica, un curso oficialmente es la colección de todos los cursos (en el sentido estadounidense, estos a menudo se llaman “módulos”) durante un año o semestre, aunque el uso estadounidense es común;

En las Filipinas, un curso puede ser una asignatura individual (generalmente referida por profesores y funcionarios escolares) o el programa completo (generalmente referido por estudiantes y externos). Los cursos tienen un límite de tiempo en la mayoría de las universidades de todo el mundo, con una duración de varias semanas a varios semestres.

  • Pueden ser material obligatorio o “electivo”;
  • Por lo general, un curso electivo no es un curso obligatorio, pero hay una cierta cantidad de materias optativas no específicas que se requieren para ciertas especialidades;

[ 2 ] ​.

¿Cuánto dura un taller y un curso?

Planificación – Una vez que se sepa cuál será el tema, planificar un taller significa finalmente pensar qué se puede hacer para guiar a los participantes en esa experiencia, y qué se espera que aprendan de ella. Para hacerlo, se tiene que tomar en cuenta una serie de factores: Considerar el tema.

  • El primer elemento en la planificación de un taller es saber de lo que se está hablando;
  • No importa cuán interactivo o participativo sea el taller, aun así se tiene que tener un buen dominio del tema que se está presentando;

Se debe hacer tarea, y así se estará seguro de poder lidiar con la mayoría de las preguntas y problemas que puedan surgir. Esto no significa que se tenga que saber absolutamente todo sobre el tema, pero sí que se tiene que conocerlo razonablemente bien y entenderlo lo suficiente para poder ayudar a los participantes a aplicar los conocimientos en el contexto de sus trabajos y vida cotidiana. Entender a la audiencia y sus necesidades es lo que más servirá para ayudar a decidir qué hacer y cómo hacerlo

  • Qué saben del tema? Si se espera que la mayoría de los participantes esté familiarizado con cierto material básico o que tenga cierto tipo de experiencia, esto puede afectar en gran medida cómo y hasta qué grado se decide presentar el material.

Algunas veces puede hacer algún tipo de estudio previo. Si se va a presentar un tema a un grupo u organización particular, es posible que se pueda averiguar algo de la persona de contacto o de los mismos participantes que serán la audiencia, para saber en qué nivel están, cuál ha sido su experiencia y qué esperan del taller.

Considerar la audiencia. La audiencia, la gente que en realidad será parte del taller, es probablemente la parte más importante del rompecabezas en esta fase. Preguntar sobre la audiencia es parte de lo que se espera de un presentador precavido.

El futuro de la enseñanza: ¿por qué son los cursos online?

En otras circunstancias, como en una conferencia muy concurrida, por ejemplo, es posible que no haya forma de anticipar cuánto saben los participantes. En ese caso, puede ser recomendable preparar una serie de materiales y actividades y comenzar el taller preguntando a la gente qué saben acerca del tema.

  • ¿Está el material fuera de su alcance? Conocer el contexto de la experiencia de los participantes puede ayudar a entender cómo presentar el material.
  • ¿Cuál es su campo? Puede esperarse que la gente de algunos campos sea más comunicativa o introspectiva o extrovertida que la de otros. Se tendrá más posibilidades de encontrar un grupo de trabajadores sociales dispuestos a discutir sus emociones que un grupo de trabajadores de la construcción, por ejemplo. También se puede requerir más creatividad que los trabajadores de la construcción entiendan por qué ese tipo de debate puede ser una buena idea.

En realidad, un grupo puede ser muy tranquilo o muy volátil, muy apático o extremadamente receptivo o (lo más probable) en algún punto intermedio. Dependerá en gran medida de una o dos personas que establezcan el tono, independientemente de si los miembros del grupo se conocen entre ellos de antes o no. El tipo de grupo que se forme tiene mucho que ver con qué tipo de taller será el más adecuado. Por ejemplo, si el grupo es muy callado, el debate estará casi muerto pero las actividades basadas en el movimiento pueden funcionar bien.

  • Al hacerlo de esta forma, se puede cubrir las necesidades de la mayor parte de los participantes y estar seguro de que no pasa por encima de nadie ni nadie se aburre demasiado;
  • Es importante encontrar formas de presentar el material para que tenga algún sentido para los participantes de este taller específico, sin alejarlos demasiado de su área;

Si el grupo discute mucho, se puede aprovechar esa característica y dividir a la gente en pequeños grupos para que discutan problemas hipotéticos sobre el tema. Entender que no es posible predecir ayudará a planificar para distintas posibilidades.

  • ¿Se conocen y/o trabajan juntos? Si es así, es posible que se pueda ahorrar las presentaciones (dependiendo de cuán bien se conozcan entre sí) y se pueda planear un taller que aborde inquietudes comunes.
  • ¿Vendrán con alguna actitud especial hacia el taller? Lo harán si se ofrece material que se opone a todo lo que piensan que es verdad. ¿Se presentará un nuevo concepto o método que entre en conflicto con lo que han estado haciendo o con su formación anterior? Si es así, lo primero que se debe abordar es su hostilidad o escepticismo. Por otra parte, pueden estar sumamente predispuestos a  favor  de la perspectiva del taller si lo que se ofrece parece ser la solución a un problema difícil.
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Esto no implica que desafiar intencionalmente las creencias de los participantes del taller sea mala idea. Suponiendo que se pueda hacerlo sin faltarles al respeto, como decirles que son tontos, ese tipo de taller es a menudo el más eficaz y puede lograr el aprendizaje más significativo para los participantes. La mayoría de las personas se siente incómoda con el cambio y las nuevas ideas, pero al mismo tiempo se siente estimulada por ellos.

  • ¿En qué circunstancias asisten al taller? ¿Lo han escogido entre varias posibilidades (como en una conferencia)? ¿Pidieron que se realizara el taller? ¿Es un requisito de su trabajo o para cumplir exigencias de certificación, licencia o algún otro tipo de credencial? ¿Es parte de su trabajo (formación, re-formación, desarrollo de personal, por ejemplo)? ¿Es para aprender algo obligatorio  para poder hacer su trabajo correctamente? Cada una de estas razones implica una actitud, un nivel de interés y un compromiso distintos y un enfoque diferente por parte del presentador.

Considerar el tamaño del taller. Si el grupo es del tamaño ideal para la mayoría de los propósitos (entre 8 y 12 personas), se pueden organizar actividades que involucren a los participantes como individuos, en pequeños grupos (2-4) y con todo el grupo. Si el grupo tiene más de 15 personas, probablemente se quiera dividirlo para algunas actividades.

  • Si se puede presentar algo nuevo que los participantes puedan considerar, se habrá hecho el trabajo con creces;
  • Si tiene menos de 7 u 8 participantes, puede ser mejor que todo el grupo trabaje en conjunto durante la mayor parte del taller;

La razón por la que 8-12 es el tamaño ideal se debe a que es lo suficientemente pequeño para que todos puedan tener respuestas a sus preguntas y recibir atención individual del presentador, pero es lo suficientemente grande para generar un debate animado.

  • Si el grupo es mayor de 15, las voces de algunas personas, generalmente los más callados, tienden a perderse; si es menor de 6-8, puede que no haya suficientes opiniones, preguntas e ideas circulando;
  • Considerar el tiempo disponible;

Los talleres pueden tomar desde una hora o menos hasta un día entero o más. Es importante que los objetivos para el taller se adapten al tiempo disponible. Esto significa no solamente planificar la presentación para llenar el tiempo de manera apropiada, sino hacer coincidir la cantidad de material a cubrir con el tiempo disponible.

  • En especial si el tema es totalmente nuevo para los participantes, se necesitarán mucho tiempo para aclaraciones, preguntas, etc;
  • , para poder entenderlo bien;
  • Una regla general es que se debe intentar reservar un tiempo para cada parte del taller por anticipado;

Se debe ensayar las diferentes partes para ver cuánto puede tomar o cuánto tiempo se les quiere dedicar (por ejemplo, si le va a pedir a la gente que escriba sobre algo, primero debe intentar hacerlo el instructor y ver cuánto tiempo se demora). Rara vez se puede ser exacto al 100%, pero seguramente se puede llegar a una aproximación y así se tendrá un esquema del taller y una idea razonable de qué se puede esperar con el tiempo que se tiene.

Taller corto: 45-90 minutos. Un taller de duración tan corta se hace todavía más corto de lo que parece. Es posible que la gente llegue entre cinco y quince minutos tarde, y se perderá más tiempo si se tiene que repartir materiales, usar equipos, etc.

Esto significa que será necesario reducir el material para presentar lo que sea realmente más importante. Aunque siempre es bueno preparar de más (ver la parte de Preparación, abajo), la realidad es que pocas veces se consigue hacer todo lo que se pensaba.

  • Un taller de esa duración es probablemente mejor usarlo como medio de introducción y discusión de un nuevo concepto o tema de preocupación;
  • Tiene poco sentido intentar enseñar una habilidad específica a menos que sea muy limitada;

Si puede aprenderse en cinco o diez minutos, y practicarse en el mismo periodo de tiempo, vale la pena intentarlo. Si es algo más complicado que eso, se necesita un taller más largo. Taller de duración media: 90 minutos a 3 horas. Con esta duración, un taller puede empezar a abordar ideas y conceptos con alguna profundidad y enseñar algunas habilidades.

  • Algunas consideraciones sobre un taller de duración media: Variar las actividades;
  • Este tipo de taller es bastante largo por lo que los participantes pueden aburrirse o verse abrumados;
  • Dos o tres horas de charla consecutiva puede lanzar a mucha gente por la puerta en busca de aire fresco;

Dividir el tiempo implicando a los participantes en una serie de distintos tipos de actividades es mucho más apropiado para su aprendizaje que pedirles que se sienten y hagan una sola cosa durante todo el tiempo. Capacidad de atención: Diversos estudios han demostrado que la mayoría de las personas comienza a perder la concentración después de 20 minutos a media hora.

  1. Al final de la hora, su nivel de atención ha caído en más del 50% (y en algunos casos mucho más que eso);
  2. La atención puede recuperarse cambiando de actividad, cambiando de tema o de métodos de presentación, etc;

Incluso la pequeña pausa en el taller motivada por el cambio de una actividad a otra es suficiente para refrescar a la gente y mantenerla interesada. Alternar la seriedad del material. Intercalar actividades o ideas que sean divertidas o humorísticas con otras que son más serias puede no sólo mantener a los participantes despiertos y alertas, sino también facilitar el aprendizaje.

Planificar una pausa. Esto puede ayudar al problema de la capacidad de atención y permitir a los participantes tomar un café, ir al baño, etc. sin perturbar el curso del taller. Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que las pausas siempre toman más tiempo del planeado inicialmente.

Se debe añadir unos cinco o diez minutos al tiempo que se le da a la gente, así se estará seguro de que cuando todo el mundo vuelva a la clase y se siente, habrán pasado al menos ese tiempo extra. Incluso un taller largo no es tan largo como se piensa, se debe considerar atentamente la cantidad de material que se puede presentar de forma adecuada en ese periodo de tiempo y la cantidad de ese material que la gente puede absorber en la práctica.

Se puede usar este tiempo para presentar una cantidad relativamente pequeña de material en una serie de distintas maneras, para que los participantes abandonen el taller con una clara comprensión del mismo.

También, es posible seleccionar lo que la gente realmente necesita saber del tema y concentrarse en eso, intentando darles suficiente material sobre él mismo; incluso si no logran comprenderlo totalmente, se sentirán lo suficientemente intrigados para continuar investigando y aprendiendo por su cuenta.

Además de considerar cuanto material es apropiado para la cantidad de tiempo que se tiene, se debe pensar en cuánto (si es usted el presentador) se sabe del tema. Algunas veces, los talleres más exitosos son dirigidos por presentadores que sólo saben un poco más que los participantes.

En esos casos, los presentadores no están tan preparados para intentar meter demasiado material ni se vuelven demasiado técnicos. Es necesario recordar cuánto tiempo realmente puede tomar aprender eso: puede ser meses o incluso años, antes de que se comprenda el tema completamente.

  1. Como presentador, primero se debe intentar recordar cómo fue su introducción al tema y qué aprendió realmente de ella, y entonces planificar el taller;
  2. Los participantes necesitan tiempo para hablar y conectarse;

La oportunidad para conocerse e intercambiar ideas es uno de los principales valores de un taller para mucha gente, y no debería ser menospreciado. Taller largo: más de 3 horas. Un taller largo tiene algunas desventajas, pero a cambio permite presentar el material con alguna profundidad y realizar una serie de actividades. Algunas consideraciones sobre los talleres de larga duración:

  • Se puede abordar en detalle problemas específicos. Aquí se tiene la oportunidad de seguir el interés del grupo explorar ideas que son relevantes para las situaciones particulares de los participantes o simplemente presentar ideas con mayor profundidad.
  • Se puede planificar bloques de tiempo más largos para actividades y temas individuales. Sin embargo, es importante estar conscientes de la necesidad de dividir los segmentos largos del taller. Es necesario fijarse en los ojos de los participantes por si se están quedando dormidos y se debe estar preparado para cambiar rápidamente a otra cosa (especialmente algo activo y divertido) si esto ocurre.
  • Se puede destinar más tiempo para la práctica de habilidades nuevas y más tiempo para la discusión sobre las actividades. Quizás la ventaja más grande de un taller largo es que permite a los participantes el tiempo para reflexionar, tanto a nivel individual como en grupo, lo cual es una parte crucial del proceso de aprendizaje.
  • Se puede destinar más tiempo para el seguimiento de las preguntas de los participantes (puede ser tentador, por otra parte, entrar en una conversación con un participante sobre su interesante pregunta mientras el resto del grupo se duerme. Se debe tener cuidado e  intentar no caer en esa tendencia).
  • Se puede presentar tanto el contexto como los detalles del tema (Ej. características de la población infectada con VIH y técnicas de prevención del SIDA para la comunidad).
  • Se puede ofrecer o fomentar la comida y bebida. Eso ayuda a mantener alerta a la gente, y establece un tono relajado y amigable, al tiempo que se mantiene el interés a largo plazo porque se elimina la necesidad de pensar en si se tiene hambre o sed.
  • Es más difícil calcular cuánto tiempo tomarán los segmentos en un taller largo porque los presentadores tienden a dejar continuar las actividades si piensan que están funcionando (después de todo, hay mucho tiempo), y a menudo se encuentran que no pueden llegar a abordar todos los puntos que habían pensado. Se debe decidir si se quiere adherirse al plan y limitar las actividades al tiempo que se había considerado para ellas o seguir la corriente, dejar que las cosas sigan si a los participantes les parecen importantes. Ninguna de estas opciones es “correcta” o “incorrecta”: Depende de las necesidades del grupo y del presentador.

    Seis horas concentradas de trabajo al día es lo máximo que la mayoría de la gente puede soportar. Es necesario asegurarse de considerar varias pausas, tanto por la necesidad de estirarse e ir al baño como por la capacidad de atención de los participantes.

    Preguntar al grupo es normalmente una buena forma de decidir cómo proceder.

Considerar el objetivo del taller. Los talleres se dan por fines muy distintos, y cada uno implica métodos específicos de presentación y otros detalles. Algunos objetivos comunes y sus implicaciones:

  • Enseñar a los participantes una habilidad que pueden tener que usar o tendrán que usar en el futuro (un taller de primeros auxilios para trabajadores sociales que lidian con menores, por ejemplo). Este tipo de taller serán en general con poca charla y mucha actividad. Si la gente va a usar lo que están aprendiendo, obviamente será importante para ellos practicarlo, y eso es probablemente en lo que se debería centrar el taller.
  • Dar a los participantes la posibilidad de practicar y dar su opinión sobre las técnicas y conceptos que ya conocen. De nuevo, el énfasis aquí debería ser probablemente en la acción, en poner en práctica lo que está se está enseñando y en recibir consejos y opiniones sobre el desempeño de los estudiantes por parte del presentador y otros participantes del grupo.
  • Mejorar el conocimiento actual de los participantes acerca de los conceptos, técnicos y métodos en cuestión (nuevas investigaciones, mejora de técnicas, etc. Se tiene que practicar una nueva técnica; un enfoque nuevo sobre un concepto familiar puede implicar sólo debate.
  • Enseñar a los participantes un concepto nuevo que puedan aplicar posteriormente en su trabajo (por ejemplo, un taller para trabajadores sociales urbanos sobre cómo las bandas actúan como familias sustitutas para sus miembros). La presentación en este caso puede estar más orientada a la discusión, ya que la gente necesitará asimilar las nuevas ideas y hablar sobre cómo se conectan con ellas y cómo pueden afectar lo que hacen.
  • Familiarizar a la gente con material importante para su trabajo, aunque no éste no tenga conexión directamente con ellos (como las leyes para personas con discapacidades físicas o las normas de privacidad). Un taller de este tipo probablemente implique una presentación directa de información, con alguna practica y debate sobre resolución de problemas (una persona X llega a su organización con ese problema; ¿cómo lo manejaría?). Se puede terminar con una sesión de preguntas y respuestas, en parte porque las leyes y normativas son en general confusas y en parte porque causan mucha ansiedad.
  • Entregar, o ayudar a conseguir, una credencial relacionada con el trabajo para lograr un ascenso  o para un empleo inicial, por ejemplo, o para alguna certificación o licencia. Esta categoría podría incluir cualquier tema desde instrucciones de maniobras de resucitación hasta formación en sensibilidad cultural, y éstos a su vez pueden incluir una serie de actividades o métodos de presentación.
  • Usar un taller como forma de ayudar a los participantes a sentirse cómodos entre ellos y/o su situación. A menudo se usa en orientación universitaria o para crear equipos en temas laborales. Los talleres de este tipo normalmente consisten en un gran número de actividades de respuesta rápida, que pueden causar risa o solucionar problemas de forma cooperativa o a veces ambas cosas.
  • Introducir a la gente a una nueva forma de mirar el mundo, ya sea al desempeñarse como ayudante en su trabajo, en una situación como voluntario o como parte de una educación pública (por ejemplo, un taller sobre teorías de desarrollo moral). Este tipo de taller permite realizar actividades muy variadas: enseñanza directa, debate sobre situaciones hipotéticas, intentar resolver dilemas morales, juego de roles, etc. En general, en cuanto más formas distintas de experimentar un concepto tenga la gente, es más probable que lo entiendan.

Considerar la presentación del tema. El estilo de su presentación, tanto el estilo personal como los métodos de presentación que se empleen, puede determinar de manera importante la efectividad del  taller. Parte de esto dependerá de la personalidad y experiencias del presentador, pero aquí ofrecemos algunas directrices generales que pueden ser útiles.

  • Facilitación. Los presentadores del taller a veces son llamados facilitadores. Un facilitador (del latín facile, que significa “fácil”) es alguien que suaviza el camino para los demás. No es un líder, exactamente o una figura de autoridad, sino más bien un tipo de guía: alguien que camina junto al participante y lo ayuda a decidir qué camino tomar.

    Una charla suele ser beneficiosa para entender las actividades y sus efectos en los participantes. En general, la facilitación es más útil en un taller que “instruir”. Se llama taller de trabajo porque los participantes normalmente tienen la posibilidad de hacer algo, interactuar realmente en sus propios términos con lo que se está presentando.

    Un facilitador puede hacer más fácil esa experiencia, mientras que un instructor puede ser más apto para contar o estructurar la experiencia.

El prejuicio del autor es sin duda obvio en este punto. Normalmente toda buena enseñanza es en realidad facilitación, al menos en algún grado. Para poder aprender algo, y especialmente para asimilarlo a un nivel profundo, uno tiene que vivirlo, luchar con ello, reflexionar sobre ello, vivir con ello. Un buen facilitador hace posible que cada participante se relacione con el nuevo aprendizaje a su manera y lo resuelva por sí mismo, en vez de decirle qué tiene que pensar o cómo tiene que abordar un concepto.

  • Es más probable que los participantes estén atentos durante el taller si la persona al frente actúa como un facilitador y si es accesible como persona;
  • Con esto no queremos decir que nunca haya un espacio para la enseñanza, mientras ésta no domine por completo el taller;

Si el presentador es una “estrella” en su campo, los participantes pueden querer oír lo que tiene que decir y no ser “facilitados”.

  • Consistencia de la presentación y tema del taller. El método y estilo de presentación debería, dentro de lo posible, imitar al tópico. Si se está dirigiendo un taller sobre la educación experimental, por ejemplo, el taller debería ser experimental. Un taller sobre leyes para ciudadanos con discapacidades debería realizarse en un espacio accesible físicamente y demostrar sensibilidad hacia las inquietudes de las personas con discapacidades.
  • Participación directa de los asistentes. Los talleres son mucho más efectivos y entretenidos si implican a los participantes en actividades, discusión e interacción con otros que si simplemente se les inunda de información. Hay muchas oportunidades para practicar habilidades, debates en grupo pequeños y grandes, informar sobre los debates, resolución de problemas en forma individual y en grupos pequeños y grandes, etc.
    1. Si el taller presenta una nueva técnica, está debería practicarse tanto en la presentación como en las actividades;
    2. En un taller bien presentado, los participantes aprenden tanto de los métodos y estilo de presentación como del contenido del taller;

    Esto dará a todos los integrantes del grupo la oportunidad de tener un papel activo.

  • Variedad de métodos y actividades. Como ya se ha mencionado, variar los métodos de presentación y actividades ayudará a la gente a mantenerse atenta, tocará los diferentes estilos de aprendizaje de los participantes y hará que el taller sea más interesante y divertido tanto para el presentador como para los participantes. Algunas posibilidades a considerar son:
    • Incluir algún tipo de actividad práctica donde las personas puedan estar activas físicamente.
    • Incluir actividades en grupo e individuales.
    • Las actividades deben ser interesantes, o al menos participativas. Se debe evitar ser un “busto parlante” en la medida de lo posible.
    • Si es apropiado, se debe incluir varios tipos de material audiovisual como videos, cintas de audio, diapositivas, proyección de imágenes de computador, etc.
    • Incluir formas innovadoras de presentar el material directamente: una obra de teatro, una parodia interactiva, una canción, una caricatura, etc.
    • Siempre incluir una práctica de alguna técnica o método que se está presentando, incluso si es sólo por un tiempo corto, para dar a los participantes la oportunidad de ver cómo funciona.

Cuanto más creativo se pueda ser, mejor. Las actividades en las que los participantes trabajan con objetos físicos son en general buenas formas de aprendizaje. Hay algunas muy obvias (los talleres para profesores de matemática elemental siempre incluyen muchas cosas “para manipular”, cosas para demostrar conceptos de matemáticas como bolas de ping pong ), pero las opciones son infinitas.

  • Cosas para llevarse a casa. Es necesario asegurarse de que los participantes reciban copias impresas de las transparencias o diapositivas que contienen información importante, así como algún resumen de los puntos principales del taller y cualquier otra cosa que se crea importante.

    El autor asistió a un taller fantástico sobre inteligencias múltiples en el cual pequeños grupos tenían que diseñar y construir pueblos con bloquecitos de plástico y otros materiales. Se debe pensar de forma tan extravagante como se pueda.

    Esto ayudará a los participantes a recordar después de qué se trataba el taller y les servirá para transmitir las ideas a otros.

  • Tiempo de reflexión. La reflexión es clave para el aprendizaje. Si parte del estilo de la presentación es pedir a los participantes que reflexionen o discutan sobre cada actividad, se les estará ayudando de dos formas: se les estará dando tiempo para pensar en la actividad y hablar de ella con otros miembros del grupo, y se les demostrara cuán importante es pensar en lo que han hecho y aprendido.
  • Tiempo para hablar, socializar, conocer a los otros participantes. Gran parte del valor de un taller es la experiencia de aprender en grupo y formar una comunidad de alumnos. La experiencia compartida suele llevar a la colaboración profesional y puede consolidar y enriquecer el aprendizaje.

¿Qué es un curso o seminario?

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada. Este aviso fue puesto el 9 de octubre de 2011.

Una instructora que analiza la participación de las mujeres en la Wikipedia Bengalí en un seminario en Daca en 2015 Un seminario es una junta especializada que tiene naturaleza técnica y académica, y cuyo objetivo es el de llevar a cabo un estudio profundo de determinadas cuestiones o asuntos, que cuyos tratamientos y desarrollo requiere, y se ve favorecido cuando se permite una interactividad importante entre los especialistas y los participantes. El número de horas de los mismos es variable. En «congresos» o «encuentros» pueden tener una duración de solamente dos o tres horas, pero existen seminarios más importantes con reuniones semanales, que pueden llegar a durar uno o hasta dos años, principalmente en Instituciones de Educación Superior.

Lo usual, es que un seminario se desarrolle en uno o varios días y en forma intensiva, en muchos casos durante un fin de semana. Hay oportunidades en las que se limita el número de participantes, pero ello depende del tema a tratar, de las condiciones físicas para su desarrollo, del conocimiento de la materia que previamente se exija a los participantes, y de las preferencias del coordinador del mismo.

Tratándose de un acto académico de actualización, en algunos casos se puede solicitar una cuota de inscripción para así recuperar gastos. Sin embargo, hay muchos disertantes que ofrecen participar en este tipo de reuniones como parte de su carga laboral usual, o como una simple forma de colaboración altruista hacia la sociedad.

¿Cuánto tiempo dura un taller y un curso?

La oferta de cursos y talleres (online, presenciales o semipresenciales) ha crecido los últimos años. Parte importante de la profesionalización radica en actualizarse, pues así adquirimos herramientas que permiten la mejora en nuestras labores como estudiantes o profesionistas. Además de un amplio catálogo de cursos y talleres, igualmente se vuelven más accesibles económicamente ( ¡Cursos de todoen línea y gratis! ). Así que, ¡antes de tomar la decisión de inscribirte checa de qué trata cada uno! Y así, la próxima vez sabrás cómo buscar, qué buscar y cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades y preferencias. CURSO:

  • Son formales y teóricos.
  • La persona que lo imparte tiene el control de las clases, es el quien enseña todo.
  • Los alumnos son pasivos en el sentido que escuchan, a veces participan.
  • Se dan las famosas cátedras: el formador transmite conocimientos, teorías, conceptos, modelos conceptuales.
  • La retroalimentación con los estudiantes pasa a segundo plano.
  • Por lo general, el lugar donde se imparte siempre está ordenado en filas.
  • Como material de apoyo se utilizan presentaciones digitales, manuales, pizarras y libros.
  • TALLER
  • Es práctico y apela a la experiencia.
  • Quién lo imparte es flexible y se preocupa por hacer todo más fácil; es un guía.
  • El responsable del aprendizaje es el alumno, se vuelve el protagonista.
  • Para llevar el proceso de aprendizaje  se hacen dinámicas, se cuentan historias (con moralejas para lograr la aprehensión).
  • Se enseña y se práctica: el conocimiento debe experimentarse, compartirse, compararse y vivirse.
  • A diferencia del curso, los talleres son más relajados.
  • La interacción entre alumno y guía es constante.
  • En el caso de materiales se usan láminas, también proyectores, suele trabajarse en equipo por lo que las sillas se acomodan en círculos.
  • Se proporcionan materiales para dinámicas. Ejemplo: hojas, colores, lápices, cartulinas, etcétera.

Ahora que ya lo sabes, disfrutarás más cualquiera que elijas tomar. Por cierto: Un diplomado  puede ser práctico o teórico, su objetivo es actualizar a los estudiantes, enseñarles nuevas técnicas o herramientas para su profesión. Suelen ser cortos: mínimo 20 horas y máximo 120. ¡No te olvides de lo bello que es aprender!.

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